La sabiduría habla de las personas como realmente son, por lo que nunca es ajena al ejercicio de expresión sus más férreas voluntades. Desarrollada con la experiencia propia de cada uno de nosotros en el transcurrir de la vida, es capaz de conciliar nuestros deseos con el sentido común, imprime carácter y cultiva el conocimiento que vamos adquiriendo día a día. Así, cada cual desde su historia, se va consolidando como un sabio conocedor de las metas que le merecen la pena.
Muy profundo, Encarna
Gracias por compartir este espacio, Antonio. Espero que hayas disfrutado al leerlo y al pensarlo. Un saludo.