La naturaleza se cocina a fuego muy muy lento. Millones de fisonomías que, siendo obstáculos a primera vista, se convierten en nuevos entornos de características sorprendentes. Practicando la paciencia y entrecruzando vida a cada paso toma forma y consigue atrapar nuestra curiosidad y admiración: confía en nosotros y revela sus diferentes modos de estar; nos intriga. Su continuo crecimiento es un bello secreto contado a voces cuando aportamos el respeto necesario para que dicho desarrollo no sea imparable. Se cuenta, se dice,….