DE COSTUMBRE

Huir de la rutina es un clásico y propagandístico lema que viene acompañándonos como si de una exigencia vital, moderna y cotidiana se tratara.  Acudimos expectantes a la cita estandarizada de los cambios continuos que aparentemente convendría a cada cual.  En estos intentos de renovación impuesta y acelerada, de cambiar por cambiar, muchas veces olvidamos costumbres tan básicas y necesarias como alegrar nuestros actos; descartamos por inercia el enriquecer nuestras experiencias lo más gratificantemente posible, y pasado un tiempo breve las tachamos de inservibles solo por su repetición o regularidad. ¡Suerte a todos los que tienen oportunidad de apearse en algunas estaciones de sus trayectorias y viven la fortuna de combinar, que no cambiar del todo, antiguos y nuevos hábitos que le siguen conduciendo con buen ánimo!

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