Hay momentos excepcionales en la vida que bien pudieran requerir un riguroso stop; un parón para detener la película y dar la vuelta a aquellas escenas nefastas que estropean nuestra realidad. Sería un auténtico alivio desviar el curso de algunos acontecimientos altamente perjudiciales y atenuar así sus efectos. Siempre resulta complicado anular el alcance de situaciones difíciles: imposible. No obstante, es recomendable vengar nuestra impotencia y nuestras limitaciones cambiando planos y puntos de vista fotograma a fotograma. ¡Acción!