RUMORES DE BIBLIOTECA

Nuestros objetos lectores traducen un patrimonio cultural que hacemos a medida.  Cuando nos paramos a observarlos, podemos comprobar como los estantes registran una geografía literaria por la que, paso a paso, inquietud tras inquietud, nos hemos ido moviendo.   Hemos vivido en personas, lugares, momentos y destinos de índole diversa y hemos tenido con ellos innumerables sensaciones. 

¡Declaro bien de interés lector este generoso ecosistema!

Deja un comentario