UN LATIDO AFABLE

Los niños son nómadas cuyas vivencias les conducen a practicar el afecto personal con ahínco y perseverancia.  El tiempo y los paisajes humanos les procuran experiencias con los demás en las que imaginan, viven e intentan comprender qué es un amigo, cómo se elige y lo más importante cómo se cuida.  Nobeles en el trato con las personas, expresan sus sentimientos con naturalidad y con un ímpetu extraordinario que deriva de su enorme deseo de disfrutar lo convivido.  Nunca cejan en el intento, la emoción marca su pulso y siempre sacan fuerzas para seguir soñando mejores momentos.

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